4.5.10

8 páginas depois do relato "Salomé y el falso profeta"

El Maestro

Por la tarde, cuando José de Arimatea descendió del monte Calvario, donde Jesús habia muerto, vio que un joven lloraba, sentado sobre una piedra blanca. José se acercó a él y le dijo:
- Entiendo lo grande que debe ser tu pena, pues en verdad ese Hombre era un hombre justo.
Pero el joven le replicó:
- Oh, no lloro por eso. Lloro porque yo también he forjado milagros: yo también he otorgado la vista al ciego, he curado al paralítico, he resucitado a los muertos. Yo también he provocado que la higuera estéril se marchite y he trocado el agua en vino y, aun así, no me han crucificado.

Oscar Wilde

em Relatos do livro El arte de conversar de Oscar Wilde, tradução de Roberto Frías, edições Atalanta



.

Sem comentários: